Inteligencia artificial y cultura

Imagen creada por IA

Imagen creada por IA

 

La inteligencia artificial está transformando el modo en que creamos, conservamos y compartimos la cultura. No hablamos de un futuro lejano, sino de un presente que ya está alterando los procesos creativos, las profesiones culturales y la forma en que entendemos el patrimonio. En este contexto, formarse y estar al día es una necesidad: conocer los pros y los contras de la Inteligencia Artificial (IA) en la cultura nos permite anticiparnos a los cambios, aprovechar las oportunidades y prepararnos ante los riesgos que conlleva este nuevo escenario digital.

El informe “Artificial Intelligence and Culture” (CULTAI, 2025) ha sido elaborado por un Grupo Independiente de Expertos convocado por la UNESCO para analizar el impacto de la IA en la cultura y proponer orientaciones de política pública. El grupo reúne a investigadores, artistas, tecnólogos y gestores culturales de todo el mundo. Este documento se enmarca en los trabajos preparatorios de MONDIACULT 2025, la gran conferencia internacional que reunió en Barcelona a todos los Estados Miembros de la UNESCO para definir las políticas culturales del futuro.

El informe parte de una premisa clara: la inteligencia artificial avanza mucho más rápido que la capacidad de gobernarla desde el ámbito cultural. Su doble filo es evidente. Por un lado, abre posibilidades inéditas para la creación, la conservación del patrimonio, la accesibilidad cultural y la educación artística. Herramientas de IA ya permiten reconstruir piezas dañadas, documentar lenguas en peligro o crear experiencias inmersivas en museos y exposiciones. También pueden reducir costes y democratizar la producción cultural, permitiendo a pequeñas empresas o artistas independientes competir en igualdad de condiciones.

Portada del informe "Artificial Intelligence and Culture" de la UNESCO para MONDIACULT

Portada del informe «Artificial Intelligence and Culture» de la UNESCO para MONDIACULT

Sin embargo, el informe también alerta sobre los riesgos de una dependencia tecnológica creciente. Los sesgos algorítmicos pueden reproducir estereotipos y marginar voces diversas; la concentración del poder en grandes plataformas amenaza la soberanía cultural y la libertad creativa; y el uso masivo de obras y datos culturales sin consentimiento ni compensación plantea dilemas éticos y legales de enorme alcance. Además, la brecha entre el Norte y el Sur digital puede ampliarse si no se garantiza el acceso equitativo a las herramientas de IA y a la formación necesaria para utilizarlas.

Entre sus principales aportaciones, el informe introduce el concepto de “datos culturales”: toda la información, explícita o implícita, que alimenta los sistemas de IA y que refleja nuestras prácticas, lenguas y expresiones culturales. Propone reconocer estos datos como un bien común colectivo, y plantea mecanismos de redistribución del valor económico generado por la IA, como impuestos o fondos culturales destinados a compensar el uso de contenidos culturales en el entrenamiento de modelos. Asimismo, defiende la creación de marcos éticos y normativos que protejan la creatividad humana, promuevan la diversidad y garanticen la transparencia en el desarrollo tecnológico.

Desafíos y propuestas que plantea el informe

Desafíos y propuestas que plantea el informe

Desde CulturaLAB celebramos la publicación de este informe como un paso importante hacia una reflexión global sobre el papel de la cultura en la era de la inteligencia artificial. Sus conclusiones invitan a la acción: la IA puede convertirse en una poderosa aliada si se orienta al servicio de la diversidad, la accesibilidad y la sostenibilidad, pero también puede suponer un riesgo si se utiliza sin regulación ni conciencia crítica. Por eso creemos que los profesionales del patrimonio, los museos y las industrias creativas debemos mantenernos informados, formarnos y participar activamente en este debate. El futuro de la cultura digital se construye hoy, y hacerlo con ética, inteligencia y sensibilidad será la clave para que la tecnología potencie —y no sustituya— la creatividad humana.

En Andalucía, también se están dando pasos importantes en esta dirección. El Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) y la Asociación de Museología y Museografía de Andalucía (AMMA) celebrarán el 26 de noviembre de 2025 una Jornada Técnica sobre el uso ético de la Inteligencia Artificial en el ámbito patrimonial. Este encuentro reunirá a profesionales del sector para debatir sobre las implicaciones éticas de la IA, establecer metodologías responsables y redactar un documento de buenas prácticas que sirva de guía para su aplicación en museos, archivos y centros de patrimonio. Una iniciativa que sitúa a Andalucía en la vanguardia del diálogo sobre inteligencia artificial y patrimonio cultural.

 

Claves del informe

  1. La IA avanza más rápido que la gobernanza cultural
  • Se constata un desequilibrio entre el ritmo de innovación tecnológica y la capacidad de adaptación institucional, lo que amenaza la soberanía cultural, la diversidad y los derechos creativos.
  • Urge un marco de gobernanza inclusivo y ético que sitúe la creatividad humana en el centro.
  1. Doble filo: oportunidades y riesgos

Oportunidades:

  • Democratiza la creación y amplía el acceso a la cultura.
  • Facilita la conservación, reconstrucción y documentación del patrimonio, incluidos idiomas en peligro.
  • Impulsa la competitividad de las industrias culturales, especialmente las pymes creativas.
  • Fomenta la alfabetización digital y la formación en IA en museos y centros culturales.

Riesgos:

  • Refuerza sesgos y homogeneización cultural.
  • Desplaza empleos creativos y concentra el poder en grandes plataformas tecnológicas.
  • Erosiona los derechos culturales y de autor, por uso no consentido de datos y obras.
  • Aumenta la brecha Norte-Sur, al concentrarse la infraestructura y los modelos en pocos países.
  1. Reconceptualización de los “datos culturales”
  • El informe introduce el concepto de “cultural data” (datos culturales), que abarca tanto las expresiones artísticas explícitas como las huellas digitales latentes (patrones, comportamientos, lenguas, tradiciones).
  • Propone tratarlos como un bien común colectivo, no como un recurso privado de las empresas tecnológicas.
  • Sugiere crear mecanismos de redistribución del valor económico generado por la IA (p. ej. “AI tax” o fondos culturales derivados del uso de datos culturales).
  1. Nuevos modelos para la economía creativa
  • La IA reconfigura toda la cadena de valor cultural: creación → producción → distribución → acceso → participación.
  • Se aboga por modelos económicos alternativos: licencias colectivas, gobernanza participativa, pluralismo algorítmico y cooperación internacional.
  • Se alerta del riesgo de “monocultura algorítmica” que reduzca la diversidad expresiva.
  1. Educación cultural y museos como agentes de alfabetización en IA
  • Promueve integrar competencias en IA y pensamiento crítico en los currículos artísticos y humanísticos.
  • Los museos y centros culturales deben ser laboratorios de aprendizaje híbrido entre arte, ciencia y tecnología.
  1. IA y sostenibilidad
  • Propone prácticas de IA con bajo impacto de carbono y su uso para proyectos artísticos de concienciación ambiental.
  • Recomienda aplicar IA en gestión energética de instituciones culturales y en creación de narrativas sobre el cambio climático.
  1. Patrimonio y lenguas en riesgo
  • Destaca el papel de la IA en documentación 3D, reconstrucción digital y evaluación de daños tras desastres.
  • Propone el uso de modelos lingüísticos locales para preservar idiomas minoritarios y saberes ancestrales.
  • Advierte sobre riesgos de apropiación cultural y necesidad de protocolos internacionales éticos.
  1. Soberanía cultural y libertad
  • Plantea la tensión entre empoderamiento y control algorítmico.
  • Denuncia la crisis de infraestructuras culturales ante los monopolios tecnológicos.
  • Llama a proteger la soberanía cultural digital de los Estados y comunidades frente a las plataformas globales.

Conclusiones generales

  • La IA no es solo una herramienta técnica, sino una infraestructura cultural y cognitiva que debe gestionarse con criterios éticos, inclusivos y sostenibles.
  • UNESCO propone que la cultura sea el núcleo de los debates sobre IA, garantizando:
    1. Creatividad humana y derechos culturales en el centro del desarrollo tecnológico.
    2. Diversidad lingüística y cultural como eje de los sistemas de IA.
    3. Acceso equitativo y gobernanza transparente.
    4. Redistribución justa del valor económico derivado de los datos culturales.

 

Conoce mejor CULTURALAB: nuestro proyecto 

 

*El resumen ha sido creado con la ayuda de la IA

COMPARTE ESTA PUBLICACIÓN