El 3 de noviembre la Asociación de Museólogos y Museógrafos de Andalucía y la Cámara Municipal de Lagos nos invitaron a Lagos (Portugal) a participar en la mesa redonda: “Accesibilidad en Museos. Manual de Buenas Prácticas para Profesionales e Instituciones” en la que planteamos nuestra visión sobre cómo la Digitalización del Patrimonio puede ayudar a la Accesibilidad Universal en el acceso a los museos. Esta mesa estuvo compuesta por 4 profesionales de la Gestión del Patrimonio: Catarina Alves, (Arqueóloga, Divisão de Museus e Bens Culturais (DMBC)), Maloles Cebrián (Mediadora cultural y Presidenta de AMMA), Marcela Vega (Arquitecta, Doctoranda en TECOMBER de la UPNA y especialista en accesibilidad) y Sol Martín, Directora de proyectos de CulturaLAB y Vicepresidenta de AMMA. Todas estas mujeres fueron además, parte de las autoras del libro “Accesibilidad en Museos. Manual de Buenas Prácticas para Profesionales e Instituciones“ que se publicó en 2021 como colofón al “Encuentro Transfronterizo de Profesionales de Museos: Museos y Accesibilidad“.
Aquí la intervención de Sol Martín:
La palabra «Digitalización» es omnipresente hoy en día y se viene usando desde hace años y en muchos sentidos. Hoy en día todos llevamos un teléfono móvil con el que estamos digitalizando todos nuestros actos, fotos, grabaciones de voz, recogiendo recorridos y contando pasos…
Se puede convenir que la digitalización del patrimonio es la incorporación de las tecnologías digitales (basadas en la electrónica, la óptica, la informática y las telecomunicaciones) a los productos, procesos y servicios culturales para la investigación, protección, conservación, restauración y difusión del patrimonio histórico cultural.Antes de nada, me gustaría aclarar un concepto. Cuando hablamos de digitalización no siempre tiene que estar implícita la accesibilidad, entendida como inclusión. Cuando, por ejemplo, digitalizamos la colección de un museo, se escanean sus piezas y se cuelgan en una página web, no quiere decir que esa colección sea accesible. Es accesible en el sentido de que es de dominio público, que está a la mano de todos, que tenemos acceso a ella, que está DISPONIBLE a todo el mundo, pero no quiere decir que personas con determinadas dificultades sensoriales o cognitivas puedan disfrutarlas. Que el patrimonio esté digitalizado y disponible para todos no significa que participe de la accesibilidad universal o que sea inclusivo.
La accesibilidad e inclusión son claves para el acceso igualitario de cualquier persona al patrimonio cultural, para poder garantizar que cualquier persona, al margen de su condición física, sensorial o cognitiva, pueda disfrutar del mismo.
CulturaLAB está especializada escaneos 3D y creación de Gemelos digitales, por lo que nos centraremos, sobre todo, en este tipo de trabajos para plantear nuestras ideas.
La digitalización en el ámbito del patrimonio cultural favorece el trabajo a sus profesionales. Aunque hoy tengamos claro qué usos podemos darle, seguramente, todavía no conozcamos aún todos esto usos que se pueden dar y que se irán resolviendo en el futuro a medida que la propia tecnología se vaya desarrollando.
¿en qué sentido puede la digitalización del patrimonio ayudar a los profesionales?
1) Investigación: con las técnicas de escaneo 3D se obtienen unos datos con una alta precisión que se pueden procesar de diversas maneras para su uso en diferentes sectores profesionales. Disponer de la información digital con exactitud de un bien y poder estudiarlo con rigor sin tener que desplazarse es una gran ventaja para investigadores de todo el mundo.
2) Documentación: En sectores como la arqueología cuyo trabajo consiste, entre otras tareas, en excavar y sacar a la luz bienes patrimoniales de la antigüedad, labor que se realiza por fases, poder escanear estas diferentes fases es de gran ayuda para documentar ese trabajo desde el principio al fin. El último suceso acaecido en la Catedral de Notre Dame ha puesto de manifiesto la necesidad de disponer de una digitalización completa de los elementos del patrimonio histórico o natural, como medida preventiva en el caso de catástrofe natural, accidente, guerras, abandono o atentados integristas.
3) Conservación y restauración: Actualmente, esta tecnología se está empezando a usar en trabajos de restauración de Bienes muebles e inmuebles por su exactitud en tomar medidas sin tener que realizar grandes esfuerzos. Esta herramienta permite cuantificar, de forma precisa, aquellos aspectos que son cruciales en el reconocimiento de los edificios históricos. Además, es una herramienta completamente inocua hacia la obra de arte.
4) Educación y Difusión: Por medio de estos sistemas, las obras se ponen al alcance de todos, sin limitaciones espaciales (lugares cerrados por riesgo de degradación; ubicaciones remotas que no son accesibles…). Estos medios digitales ayudan a favorecer la accesibilidad digital a bienes patrimoniales que en ocasiones son difíciles de visitar, ya sea por la lejanía de las personas interesadas, porque el bien está cerrado al público por su conservación, o porque el lugar no dispone de medidas accesibles para personas con movilidad reducida. Del mismo modo puede ser una potente herramienta en el campo de la didáctica, haciendo de la enseñanza de la cultura algo mucho más atrayente. Para ello esta tecnología se está aplicando en la realización de entornos virtuales, realidad aumentada y visitas virtuales al patrimonio. El gestor de patrimonio debe encontrar los medios eficaces de comunicación, el lenguaje adecuado que permita hacer comprensible al visitante medio conceptos más o menos complejos que ha de conocer.
La pandemia de Covid-19 y su irrupción en nuestra sociedad ha provocado un cambio de escenario para todos, mostrándonos carencias y acelerando algunos aspectos como la digitalización en diferentes ámbitos. Hablamos de un impacto global en todos los ámbitos de nuestras vidas. Hemos tenido que adaptar nuestros hábitos, incluido el consumo cultural que se vio muy afectado. Desde el 2020 la digitalización en el sector de la cultura se aceleró y el mundo del patrimonio, y en concreto los museos, que se vieron obligados a cerrar sus puertas al público, crearon estrategias digitales para dar a conocer sus colecciones.
Relacionado con la difusión del patrimonio, es donde la digitalización puede ayudar a hacer el patrimonio más accesible.
La accesibilidad física es la que se ve más beneficiada gracias a la digitalización ya que elimina por completo las barreras físicas. Las páginas webs de los museos se han llenado de imágenes, vídeos y explicaciones de obras de arte. Además, muchas instituciones museísticas han empezado a virtualizar sus salas. Los trabajos de escaneos digitales 3D ponen a servicio de personas con movilidad reducida poder acceder de manera virtual a espacios de difícil acceso, pensemos en el arte rupestre, castillos y murallas, patrimonio conservado hoy que en su día fue creado para ser inexpugnable. Esta virtualización de espacios como salas de expositivas o museos, ayudan a salvar distancias y poder visitar exposiciones temporales ya acabadas o museos fuera de nuestras fronteras. Por otro lado, la tecnología de la realidad virtual podemos viajar y visitar infinidad de lugares reales o reconstruidos con la ayuda de unas gafas 3d.
Al referirnos a accesibilidad cognitiva, deben tenerse en cuenta tanto la comprensión fácil como el uso fácil de productos o servicios. Para que la difusión del patrimonio sea comprensible debe ir acompañada siempre con explicaciones adecuadas a cada público visitante dependiendo de sus necesidades. Gracias a los QR podemos enlazar desde una sala de museo información en lectura fácil o locuciones adecuadas para personas con dificultades cognitivas, que pueden ser usadas por personas con discapacidad o personas mayores o personas que no sean expertas en algún tema artístico. También se pueden tener en cuenta Apps basadas en pictogramas intuitivos. Por otro lado, la realidad virtual nos puede ayudar a explicar reconstrucciones arqueológicas virtuales que nos hagan comprender cómo eran en su momento algún yacimiento arqueológico y el uso que se le daba a cada espacio en su origen.
Para la accesibilidad sensorial la digitalización siempre ha sido un aliado. Las principales barreras que se encuentran las personas con discapacidad visual y auditiva son de comunicación e interacción, elementos imprescindibles a la hora de enfrentarse al Patrimonio. Es importante en las webs de museos, o en las aplicaciones relacionadas con espacios patrimoniales, incluir audiodescripciones o signoguías que favorezcan la transmisión del mensaje patrimonial a las personas con dificultades auditivas o visuales. Estas web o aplicaciones deber ser compatibles con programas de voz y lectores de pantallas que convierten el texto escrito en contenido de voz. Estos programas son los sistemas que habitualmente utilizan para navegar las personas con discapacidad visual o restos de visión.
Para las personas sordas se deberían incluir subtítulos en todos los vídeos, objetos de realidad aumentada o aplicaciones que incluyan contenido de voz. Así mismo, otro método sería poder incluir signoguías, es decir, vídeos en el que una persona interpreta en lenguaje de signos un mensaje hablado.
Las nuevas tecnologías relacionadas con la digitalización mejoran la calidad de vida global de las personas con discapacidad. Además de impactar positivamente en su acceso a la cultura en general y en concreto al patrimonio, los avances tecnológicos favorecen la participación de las personas con discapacidad en actividades culturales contribuyendo muy positivamente a reducir su dependencia y a incrementar su autonomía e independencia.
La desventaja general de las herramientas digitales es que no pueden sustituir plenamente a las relaciones y la comunicación presenciales, pero se han visto ventajas que pueden ser interesantes para extender su uso en diferentes circunstancias.
La tecnología digital puede ser una herramienta muy interesante pero no debe obstaculizar la percepción del objeto artístico y la experiencia única que solo su materialidad puede generar. En la sociedad digital, los espacios patrimoniales deberían seguir siendo el lugar donde el usuario encuentra una conexión íntima y directa con los objetos conservados. El uso de tabletas o de realidad aumentada, por ejemplo, no debe impedir que los visitantes capten por completo el potencial de los objetos. Una experiencia filtrada a través de una pantalla podría tener lugar en cualquier lugar, pero la experiencia de conectarse con las obras de arte de un museo es única.