Nuestra participación en la mesa redonda “Tecnologías aplicadas a la Conservación y Restauración de Bienes Patrimoniales”

 

El pasado jueves 17 de octubre, tuvimos el honor de participar en el encuentro titulado “Tecnologías aplicadas a la Conservación y Restauración de Bienes Patrimoniales”, organizado por REMED. Este evento reunió a expertos de diversas instituciones clave, donde debatimos sobre cómo las tecnologías emergentes están transformando el campo de la conservación y restauración del patrimonio cultural. Los ponentes, entre los que se incluyeron profesionales de instituciones como el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), el Museo de Arte Moderno de Medellín, el Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València y en representación de CulturaLAB participó Sol Martín, nuestra directora. Los profesionales del panel ofrecieron diferentes perspectivas sobre los avances en herramientas digitales, inteligencia artificial y gestión eficiente del patrimonio. La convocatoria fue un éxito, con más de 80 asistentes conectados de España y América Latina, y un interés creciente en las soluciones tecnológicas para los retos que enfrenta el sector.

 

 

Durante el encuentro, compartimos cómo la digitalización, el uso de escáneres 3D y el análisis basado en inteligencia artificial están marcando un antes y un después en la conservación y difusión del patrimonio. Como representantes de CulturaLAB subrayamos la importancia de la colaboración público-privada para impulsar proyectos que combinen tradición técnica y tecnologías, destacando que la conservación es un esfuerzo que beneficia a toda la comunidad. A continuación, compartimos algunos de los puntos más relevantes discutidos, con la esperanza de seguir impulsando el debate y la innovación en este apasionante campo.

 

Las nuevas tecnologías suponen una oportunidad para una mejor conservación del patrimonio

Sin duda que en CulturaLAB consideramos que las nuevas tecnologías ofrecen una oportunidad sin igual hasta ahora, para la mejora de la conservación del patrimonio, tanto desde el punto de vista preventivo como correctivo. La gestión del patrimonio se ha venido realizando de forma casi artesanal durante los dos últimos siglos. Hoy en día disponemos de herramientas que por sí solas son de gran utilidad, y que combinadas constituyen un poderoso aliado para lograr una gestión eficiente de nuestro Patrimonio.

La transformación digital está teniendo un impacto significativo en nuestras vidas en general y en el sector de la conservación y restauración patrimonio histórico no iba a ser una excepción, pero también llega a otros ámbitos del patrimonio como la difusión y comunicación.

En Conservación las tecnologías digitales no solo documentan con precisión, sino que también aportan nuevas herramientas para la intervención en piezas. La fotogrametría, el escaneo láser y los modelos 3D proporcionan una documentación extremadamente detallada que permite a los conservadores realizar simulaciones antes de intervenir físicamente en las piezas. Esto minimiza riesgos y ayuda a planificar intervenciones más seguras y efectivas. La digitalización ya sea 2D o 3D de documentos, fotografías, obras de arte y otros objetos permite además su almacenamiento y acceso seguro en formatos digitales, lo que ayuda a protegerlos de daños o pérdidas.

Sol Martín escaneando la exposición Ensamblajes II en la Casa de la Provincia de la Diputación Provincial de Sevilla.

Sol Martín escaneando la exposición Ensamblajes II en la Casa de la Provincia de la Diputación Provincial de Sevilla.

  • Acceso y difusión: Además de facilitar la conservación, las herramientas digitales han ampliado la difusión del Patrimonio Cultural. La creación de experiencias inmersivas e interactivas ha permitido al público acceder a estos recursos de manera novedosa. Un claro ejemplo es el proyecto “Operation Night Watch” en el Rijksmuseum, que documentó en tiempo real la restauración de “La Ronda de Noche” de Rembrandt. Esta iniciativa ha permitido un seguimiento detallado de la obra, accesible para todo el público, lo que refuerza el papel de la tecnología en la democratización del acceso al patrimonio superando barreras geográficas y económicas.
  • Investigación y análisis: Las tecnologías digitales ofrecen herramientas avanzadas para la investigación y análisis del patrimonio histórico. El Big Data y la inteligencia artificial pueden utilizarse para analizar grandes cantidades de información y descubrir patrones ocultos. Esto permite a los investigadores y arqueólogos obtener una comprensión más profunda de la historia y la cultura, identificar áreas de interés arqueológico y mejorar la interpretación de los hallazgos.
  • Sostenibilidad y gestión eficiente: Las tecnologías digitales también contribuyen a la sostenibilidad y gestión eficiente del patrimonio histórico. La implementación de sistemas de gestión de bases de datos, herramientas de análisis y soluciones de Internet de las cosas puede mejorar la planificación y el mantenimiento de los sitios históricos, así como optimizar la gestión de recursos, reduciendo costos y minimizando el impacto ambiental.

En este sentido, podemos nombrar el HBIM que es una metodología de modelado de información que permite capturar y gestionar información detallada sobre la construcción, uso y evolución de edificios patrimoniales o históricos a lo largo del tiempo. El HBIM es una evolución del Building Information Modeling (BIM) pero se adapta específicamente al entorno del patrimonio cultural.

A diferencia del BIM convencional que se enfoca en la planificación, diseño, construcción de nuevos edificios o existentes, el HBIM es más específico ya que se centra en la documentación y prevención de edificios históricos y patrimoniales utilizando el estado de conservación de los materiales. Se genera una documentación precisa de la estructura y los detalles arquitectónicos del edificio, para una mejor comprensión de su historia y su evolución, lo que permite tomar decisiones más informadas sobre la conservación y restauración del edificio. Gracias a la planificación y gestión de proyectos de restauración de una manera más eficiente permite reducir costos y el tiempo de ejecución de estos. La utilización del HBIM permite equilibrar la conservación del patrimonio con la funcionalidad y las necesidades modernas del edificio, permitiendo asegurar su supervivencia a largo plazo. Un ejemplo de ello es la Catedral de Sevilla que recientemente ha incorporado este método de trabajo a su edificio.

 

Escaneo 3D de la iglesia de San Marcos de Jerez de la Frontera, Cádiz.

Sección de la iglesia de San Marcos de Jerez de la Frontera, Cádiz.

  • Participación y colaboración: La transformación digital fomenta la participación activa del público en la conservación y promoción del patrimonio histórico. Las plataformas digitales permiten la colaboración entre profesionales, comunidades locales y entusiastas del patrimonio, facilitando el intercambio de conocimientos, la co-creación de contenido y la participación en proyectos de investigación y conservación.

La interdisciplinariedad se convierte en una característica intrínseca de la conservación imprescindible para su progreso es una disciplina en la que la imbricación de las ciencias naturales aplicadas y las ciencias culturales a se unen para la conservación del patrimonio. Este enfoque multidisciplinario no solo permite un análisis más profundo y preciso, sino que también abre la oportunidad para que el sector privado colabore con la administración pública. Empresas especializadas en investigación y tecnología pueden aportar soluciones innovadoras en la investigación, documentación y análisis del patrimonio, sumando recursos y conocimientos técnicos a proyectos liderados por instituciones públicas. Esta sinergia entre los sectores refuerza las labores de conservación, al mismo tiempo que impulsa la innovación en el uso de herramientas tecnológicas para asegurar la preservación y difusión del patrimonio de manera sostenible y accesible.

Para acabar, no queremos olvidar que para nosotros es crucial no confundir el medio con los fines en el ámbito de la conservación del patrimonio. La tecnología, aunque poderosa, no debe considerarse buena por sí misma; debe emplearse de manera estratégica y solo en la medida en que sea verdaderamente necesaria para obtener resultados adecuados. Al trabajar con bienes patrimoniales, que son extremadamente valiosos y sensibles, debemos ser conscientes de que nuestras intervenciones afectan a un legado que pertenece a toda la comunidad, independientemente de que sea gestionado por las administraciones. Por tanto, el uso de la tecnología debe estar siempre orientado hacia la protección y preservación de estos bienes, sin perder de vista su fragilidad y su valor cultural inestimable.

 

Los nuevos retos y desafíos a los que se enfrenta hoy el sector

La gestión de los recursos económicos sigue siendo una dificultad considerable. Existe todavía una aparatosa distancia entre las necesidades reales de inversión en conservación y la inversión real que los organismos oficiales destinan para fines de conservación de los bienes patrimoniales bajo su custodia. Pero la escasez de presupuestos adecuados a las necesidades del Patrimonio es conocido en todo el sector cultural, no solo en el de la conservación y restauración. Todos conocemos la baja dotación de muchos museos, archivos y bibliotecas a lo largo de la geografía nacional.

Todavía no todas las instituciones tienen acceso a las tecnologías más avanzadas, lo que genera una brecha entre, por ejemplo, grandes museos como El Museo Nacional de Prado o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y los museos más pequeños y alejados de las grandes urbes. La inversión en tecnología debe ir acompañada de un plan a largo plazo que incluya el mantenimiento y la actualización de los sistemas.

Los retos del sector no solo están relacionados con la implementación de estas nuevas tecnologías, sino también con la formación de los profesionales que deben utilizarlas. Es necesario un mayor enfoque en la capacitación interdisciplinaria, ya que muchas veces los profesionales de las ciencias humanas o los conservadores tradicionales no cuentan con las habilidades tecnológicas necesarias para aprovechar al máximo estas herramientas. En general, las plantillas de los museos son mucho más escasa de lo que las colecciones demandan lo que hace que las tareas que se realizan son las más urgentes o más imprescindibles. En este sentido destacar el proyecto Giravolt de la Generalitat de Catalunya donde la propia administración se está encargando de digitalizar las piezas más emblemáticas de las colecciones de sus museos mediante escaneo 3D y fotogrametría. Pero también indican en su web que el objetivo principal del proyecto es dar a conocer las tecnologías 3D al sector profesional del patrimonio, para que puedan incorporarlas en todo su proceso de trabajo.

Otro desafío es la sostenibilidad a largo plazo de los formatos digitales. La conservación de los archivos y modelos digitales es una tarea compleja, ya que las tecnologías avanzan rápidamente, y muchas veces los formatos o plataformas utilizadas hoy pueden volverse obsoletos en poco tiempo. La inversión en tecnología debe ir acompañada de un plan a largo plazo que incluya el mantenimiento y la actualización de los sistemas.

 

Modelo BIM de la Catedral – Imagen de Autodesk Inc.

Modelo BIM de la Catedral – Imagen de Autodesk Inc.

 

También existe el reto de mantener un equilibrio entre innovación y conservación tradicional. No todas las tecnologías son apropiadas para todos los casos, y su mal uso puede causar más daño que beneficio. Por ejemplo, la Catedral de Notre Dame en París, que sufrió un devastador incendio en 2019. Antes de este trágico evento, se habían realizado escaneos digitales en 3D del edificio que proporcionaron un modelo preciso de su estructura. Esta tecnología fue fundamental para planificar su restauración posterior. Sin embargo, el reto que surgió fue cómo combinar estos métodos innovadores con las técnicas tradicionales de reconstrucción, especialmente para preservar la autenticidad de la catedral y sus materiales originales, como la madera de su techumbre. En proyectos patrimoniales como este, el uso de tecnologías debe complementarse con métodos tradicionales para garantizar que se respete la integridad histórica del bien​.

Por otro lado, se han documentado ejemplos de tecnologías mal aplicadas en conservación, donde recubrimientos o productos químicos mal seleccionados han acelerado el deterioro de las piezas en lugar de preservarlas, demostrando que el uso inadecuado de la tecnología puede hacer más daño que beneficio​. Esto resalta la importancia de evaluar cuidadosamente qué tecnologías aplicar y cuándo es necesario optar por métodos más tradicionales.

Un reto que ya ha llegado a nuestro sector es el uso de la IA. La IA puede ayudar a identificar patrones y texturas, reconstruyendo partes faltantes o deterioradas de las obras de manera digital. Un ejemplo notable es el uso de IA en la restauración de textos y documentos históricos. Herramientas como el Reconocimiento Óptico de Caracteres (OCR), potenciado por IA, han permitido restaurar textos antiguos deteriorados, haciendo legibles documentos que habían sido difíciles de interpretar por su deterioro o complejidad​. Estos avances están revolucionando la forma en que los conservadores abordan la restauración y preservación de bienes patrimoniales, permitiendo mayor precisión y eficiencia.

Estos ejemplos destacan cómo la IA puede complementar las técnicas tradicionales de restauración, pero siempre bajo la supervisión y juicio de expertos para garantizar la fidelidad histórica y cultural de las intervenciones.

 

Conclusiones

En conclusión, las nuevas tecnologías ofrecen una oportunidad para mejorar la conservación y restauración del patrimonio cultural, no solo optimizando los procesos de documentación e intervención, sino también facilitando la accesibilidad y difusión del mismo a través de medios digitales. Sin embargo, el éxito de estas innovaciones tecnológicas dependerá en gran medida de la colaboración entre la administración pública, las universidades y el sector privado. Las empresas privadas suelen contar con tecnologías más avanzadas y profesionales mejor capacitados, lo que convierte esta colaboración en una oportunidad clave para desarrollar proyectos integrales y de calidad. A través de la unión de recursos y conocimientos, es posible aprovechar al máximo las herramientas tecnológicas y asegurar que el patrimonio sea preservado de manera sostenible y accesible para futuras generaciones.

Es fundamental recordar que la tecnología, aunque poderosa, no es el fin en sí mismo. Su aplicación debe ser estratégica y estar siempre orientada hacia la protección del valor cultural y la autenticidad del patrimonio. La colaboración interdisciplinaria con la participación de expertos en patrimonio, es crucial para garantizar que las decisiones tomadas sean las más adecuadas. Casos como la restauración de la Catedral de Notre Dame tras el incendio de 2019 demuestran cómo la tecnología puede complementar los métodos tradicionales, siempre que se aplique con cuidado y respetando la integridad histórica de los bienes. Así, el uso responsable y equilibrado de las tecnologías asegura que el patrimonio cultural continúe siendo un legado en óptimas condiciones para la comunidad global.

Es esencial entender que el patrimonio es un bien en sí mismo, cuyo valor trasciende lo material. Es un legado cultural que representa nuestra historia y tradiciones y también es un elemento de cohesión social. El objetivo común debe ser ponerlo en valor para que la población pueda conocerlo, disfrutarlo y, sobre todo, identificarse con él. Al promover un acceso inclusivo y personal al patrimonio, las personas pueden hacer suyo ese legado, desarrollando una conciencia colectiva sobre la importancia de su preservación. Cuando la comunidad se identifica y valora su patrimonio, entiende la necesidad de conservarlo y protegerlo, no solo como un deber hacia el pasado, sino como un compromiso con las futuras generaciones. De esta manera, el patrimonio se convierte en una herramienta para reforzar nuestra identidad cultural y asegurar que su riqueza sea transmitida a quienes nos suceden.

 

Bibliografía:

Del Egido, Marián: Reflexiones sobre las Ciencias Aplicadas y la Conservación del Patrimonio.

Merchán, P.; Salamanca, S.; Merchán, M.J.; Hernández, E.; Moreno Rabel, M. (2018). Pasado, presente y futuro de los HBIM (Heritage/Historic Building Information Models).

Rodríguez Llorens, Salvador: Nuevas tecnologías aplicadas al estudio y conservación de bienes culturales. Estado de la cuestión en los museos españoles.

Albert Sierra Reguera, Lluís González: Giravolt: dos años de difusión de las tecnologías 3D en el patrimonio Cultural.

 

 

 

COMPARTE ESTA PUBLICACIÓN